El régimen del terror
Yo no necesito leer un comunicado oficial para saber lo que significa vivir bajo el dominio del CJNG. Pero leerlo, en blanco y negro, desde la voz de un gobierno extranjero, duele. Porque confirma lo que aquí se niega. Porque deja claro que el narco en Jalisco ya no opera en la sombra: opera con luz verde, con protección política y con la indiferencia como escudo.
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En Jalisco, quienes no formamos parte del círculo rojo sobrevivimos al narco haciéndonos los ciegos. Lo normalizamos porque el miedo fue más fuerte que la memoria. No es retórica: es la verdad que nadie quiere admitir.
Desde 2017 los jaliscienses hemos visto cómo quienes están detrás del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) se han apoderado del estado con una facilidad que hiela la sangre.
Lo han hecho con la complicidad, por acción u omisión, de muchos servidores públicos corruptos, en especial de áreas de seguridad y procuración de justicia. No hablo desde la teoría. Hablo desde la pérdida: hace unas semans ese grupo mandó asesinar a mi mejor amigo en una emboscada cobarde. Y nadie ha rendido cuentas.
Ayer, 18 de junio, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos no deja lugar a dudas. "El régimen de terror del CJNG en México y su tráfico de fentanilo a Estados Unidos ha destruido innumerables vidas inocentes", declaró Scott Bessent, secretario del Tesoro. No lo dijeron en rueda de prensa para aplausos. Lo hicieron al emitir sanciones bajo estatutos antiterroristas.
El CJNG, según el gobierno de Estados Unidos, no es solo un cártel. Es una organización terrorista.
Y desde aquí, desde Jalisco, muchos ya lo sabíamos.
Cinco nombres aparecen en la nueva lista negra de la OFAC: Rubén Oseguera Cervantes, alias "El Mencho"; Julio Alberto Castillo Rodríguez, "El Chorro"; Gonzalo Mendoza Gaytán, "El Sapo"; Audias Flores Silva, "El Jardinero"; y Ricardo Ruiz Velasco, "El RR". Todos operadores de muerte. Todos conocidos para quienes habitamos este estado con miedo y rabia.
Pero para el gobernador de Jalisco, Pablo Lemus, la realidad es otra. Él se pasea presumiendo ser el gobernador mejor evaluado en años. Sonríe frente a cámaras desde patrullas Tesla mientras, bajo su gestión, el CJNG gobierna, controla, ordena, entrena sicarios, invade territorios, desaparece personas por miles, asesina civiles y funcionarios, y convierte feminicidios en mensajes mafiosos.
De acuerdo con el gobierno de Estados Unidos, el caso de Valeria Márquez, la influencer ejecutada en una transmisión en vivo por su presunta relación con "El RR", es más que un crimen. Es un símbolo. "El brutal ataque pone de relieve la brutal prevalencia del feminicidio ", dice el Departamento del Tesoro. Y tiene razón. Porque en Jalisco, el CJNG no solo trafica drogas: trafica con cuerpos, con vidas, con miedo.
Mientras Estados Unidos impone sanciones, congela activos y lanza advertencias a cualquier entidad que ose hacer negocios con estos criminales, aquí los encargados de la seguridad y justicia celebran cifras alegres de reducción de delitos. Como si lo que no se denuncia, lo que no se registra, lo que se silencia, no existiera.
Yo no necesito leer un comunicado oficial para saber lo que significa vivir bajo el dominio del CJNG. Pero leerlo, en blanco y negro, desde la voz de un gobierno extranjero, duele. Porque confirma lo que aquí se niega. Porque deja claro que el narco en Jalisco ya no opera en la sombra: opera con luz verde, con protección política y con la indiferencia como escudo.
Y mientras tanto, los jaliscienses sobrevivimos. Los que aún quedamos para contarlo.
Les dejo la liga del comunicado de prensa del gobierno de Estados Unidos: https://home.treasury.gov/news/press-releases/sb0169