Naturaleza muerta

Fosas en la ciudad, feminicidios impunes, funcionarios ausentes y cobardes con sueldo. Una ciudad llena de carroña. Naturaleza Muerta no es metáfora. Es denuncia.

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Isaac Guzmán

7/15/20252 min read

En mi lista de temas a narrar, hoy toca turno a la naturaleza urbana, pero hoy no les cuento de mi infancia con lagartijas sin cola porque lo que pasa en la ciudad está cabrón.

En Las Agujas, Zapopan, el colectivo Guerreros Buscadores encontró restos humanos. Van 38 cuerpos. El hecho ocurrió meses después de que la fiscalía y peritos “revisaran” el predio. ¿Y entonces? ¿Qué hicieron? ¿Taparon con tierra lo que no querían ver?

Hay diputados federales que cobran 131 mil pesos por levantar la mano.

Hay policías que asesinan familias.

Hay gobiernos que sólo reaccionan cuando alguien grita lo suficiente.

Y hay mujeres asesinadas con AR15 mientras el gobernador tuitea lo obvio: “urge parar los feminicidios”.

Lo que no dice es cómo. Ni cuándo. Ni a quién se lo va a exigir. Porque eso implicaría actuar. Y actuar implica asumir consecuencias. Y ahí entran ellos. Los protagonistas permanentes de este país:

Los cobardes.

Desde temprano supe que este país estaba podrido.

No me lo enseñó un libro ni una película. Lo vi. Lo sentí. Lo he vivido.

Vi cómo a los valientes los castigaban y a los cobardes les abrían la puerta.

Vi cómo a quien hacía las cosas bien lo acosaban, en el mejor de los casos lo señalaban como tonto, como ingenuo, como loco. Pero a muchos los mataron o metieron a la cárcel por no ser cobardes.

Y al que traicionaba, se vendía o pisoteaba, lo premiaban con un cargo, un ascenso, un escolta.

He estado en redacciones, en oficinas de gobierno, en mesas con funcionarios, en reuniones con empresarios, en pasillos donde se decide más de lo que se admite. También intenté emprender. Y en cada uno de esos espacios vi lo mismo:

Los cobardes siempre están.

A veces con placa. A veces con corbata. A veces con sonrisa.

Pero siempre están.

Son los primeros en disparar y los últimos en dar la cara. Son los que ordenan desde lejos, los que abandonan cuando se complica, los que mandan al suplente a votar por ellos, los que callan porque “no les toca”.

Así como hay especies que en la ciudad desaparecen, como las lagartijas sin cola, también hay valores que se extinguen.

Pero los cobardes, esos sí, se reproducen con facilidad.

Los ves en la nómina. En las declaraciones. En los operativos mal hechos.

Cobardes, todos. El misógino que justifica al feminicida. El feminicida que huye. El diputado que no trabaja. El funcionario que no investiga. El policía que dispara. El alcalde que simula. El gobernador que posa para la foto. El ciudadano que no es ciudadano.

Por eso digo que esta ciudad tiene su propia naturaleza.

Y está llena de carroña.