Prevenir es resistir
Durante 114 semanas, César Guzmán y yo publicamos tres videos semanales de prevención. Investigábamos, escribíamos, grabábamos. Era trabajo constante. Hoy, ese esfuerzo también es memoria y resistencia.
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Cada semana, sin falta, teníamos una cita: revisar qué estaba pasando allá afuera y convertirlo en algo útil para quien no tiene acceso a la información clara, ni tiempo para entenderla entre tanto ruido.
Iniciamos en marzo del 2023, durante 114 semanas, publicamos tres videos semanales con medidas preventivas. De forma ininterrumpida.
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No eran cápsulas improvisadas: cada una requería acordar el enfoque, investigar el tema, verificar datos, redactar guiones, ajustar el lenguaje para hacerlo entendible, grabar voces, producir animaciones, montar la inteligencia artificial, editar, revisar, y solo entonces, publicar.
Era un ciclo exigente. Pero no se sentía como carga. Se sentía como trinchera.
Teníamos claro que hablar de prevención no era solo dar consejos: era alertar sin alarmar. Informar sin romantizar. Enseñar sin condescendencia. Hacerlo bien. Sin adornos. Sin miedo.
En la última semana antes de su asesinato, publicamos tres videos:
uno sobre el robo al transporte de carga en Jalisco —con datos duros y modos de operación—;
otro sobre el fraude a través del buzón de voz, que miles siguen ignorando;
y el más duro: uno dirigido a jóvenes entre 15 y 19 años, advirtiéndoles —sin regañarlos— que están siendo cazados por el crimen organizado.
Nada de esto fue al azar. Cada palabra fue medida. Cada ejemplo probado. Cada imagen pensada.
Lo hacíamos con responsabilidad. Pero, sobre todo, con convicción.
César no trabajaba para asustar a nadie. Lo hacía para cuidar. Desde su experiencia, desde su conocimiento y, sí, desde un lugar que muchos no mencionan: el amor. Pero no un amor cursi ni ingenuo, sino ese que se expresa en forma de acción concreta, compromiso diario, y ganas de que las cosas no se pudran más.
Y sé que él no hablaba por hablar. Hacía porque sabía.
Y aunque hoy duela hasta escribir su nombre, sigo pensando que la única forma de honrarlo es seguir haciendo lo que hacíamos: contar las cosas como son, antes de que sea demasiado tarde.
Porque prevenir también es resistir.